martes, 18 de mayo de 2010

FÁBULA DE LA VIEJA Y LA PALOMA



 
Érase una vez el cadáver de una rata del aire echándose la siesta en mitad de la plaza de Juan carlos I. Mientras permanecía el semáforo en rojo, ajena a la furia que ese mismo semáforo desataría cuando cambiara de color, una ávida gaviota trastornada por la crisis ecológica que azota al mundo, vino a efectuar lo que parecía ser un rescate de emergencia que finalmente se convirtió en un capítulo de canibalismo entre aves. Ahora la gaviota vagaba desamparada por la plaza esquivando los coches con su trofeo en el pico, pero cuando se percató del peligro que corría, dejó el cadáver radiactivo en el lugar de origen y salió huyendo. En ese mismo instante, una señora muy señoreada, quiso ser gaviota, y fue hasta dónde yacía dicho cadáver. Lo cogió con seguridad casi volviéndola a estrangular, ante la mirada atónita de los transeúntes, lo cuales se preguntaban que iba a hacer aquella señora vestida para ir a misa, con esa paloma ennegrecida .

En el transcurso de tiempo en el que cruzaba la plaza, con la misma postura y con el mismo trofeo de caza, los transeúntes, aún con la boca abierta, intentaban adivinar las intenciones de esta mujer. ¿cómo podía rescatar el cadáver de un pájaro insalubre para salvarlo si ya estaba muerto? ¿lo trituraría y lo prensaría para patentar los cubitos Maggi de paloma? ¿Pegaría a su marido con ella para que le saliera un tercer ojo en la cara por las sustancias contaminantes? ¿La guardaría para gastarle una broma a Fefita , su compañera del asilo, poniéndosela en un lado de la almohada ataviada con un smoking de ganchillo en miniatura? (demasiada premeditación...), ¿O simplemente haría como cualquier persona sensata que arriesga su vida para quitar una paloma muerta de en medio de una transitada calle, esto es, tirarla a la papelera o tirarla , con dudas, al contenedor de basura orgánica?

Habiendo pasado 4 papeleras, con la paloma como si fuera un bolso de Gucci, la señora, se acercó en plena enajenación mental, a su grupo de amiguitas que como ella, iban muy señoreadas. Las cuales le increpaban para que dejara ese pellejo en cualquier lugar de la tierra pero lejos de ellas, no fuera a ser que cogieran alguna enfermedad venérea por meterle mano a la paloma y tuvieran que dejar de hacer orgías con el párroco.
Movida por la presión, la tiró al suelo, en una esquina, con todo un graderío de ciudadanos de a pié expectantes. Intentó reanudar su camino, en grupo, pero no. Volvió decidida, agarró lo que ya parecía un kleenex usado dentro de un abrigo del invierno pasado y se lo llevó como el Coco se lleva a los niños. Nunca más se supo.

Moraleja: Si esto pretendía ser una fábula con algo que aprender....creo que se puede catalogar de fracaso porque está claro que no hay ninguna intención didáctica, así que lo dejo en dedicatoria.......”Antoñita, va por ti”......por compartir momentos tan gores conmigo.....y otros de otro calibre.

Como siempre,

Un achuchón.




2 comentarios:

  1. Seguro que hace años la señora cayó en el cubo de agua sucia con el que Gladiss limpió su escalera. Desde entonces es una especie de "Toxic Avenger", con licencia y absoluta inmunidad para mover cadáveres radioactivos y kleenex petrificados.
    Ojiplática me deja O_O

    ****
    AlbA
    ****

    ResponderEliminar
  2. ensañemos a la viejaaa

    ResponderEliminar