Cómo no iba a hablar de ella, si yo sé lo que es rascar el arroz pegado de la olla mientras los republicanos intentaban recuperar Madrid. Ahora en pleno retiro laboral remunerado, me toca otra vez rascar algo más actual que la olla, el envase de plástico dónde vienen los macarrones a la boloñesa. ¡Qué invento tan útil!, me cuestan poco y me acercan al infarto de miocardio para irme antes de que suba 30cm el nivel del mar en Benidorm y tenga que dejar de veranear en la playa.
He detectado varios síntomas de nuestra amiga crisis en diferentes ámbitos. Cosas que asustarían a cualquiera. Una de ellas, la que ví en la calle hace poco.
Un chico en bici lleva esa bolsa del Mercadona colgando del manillar en la que vienen 2 baguettes para que salgan más económicas (aunque la segunda no te la comas y se ponga dura) y una mochila a reventar llena de su lista de la compra. Ahora que lo pienso… creo que es el pack que debería comprar una octogenaria como yo, una me la como entre el desayuno, la comida y la cena, y la segunda la llevo al día siguiente desmigajada al parque para dársela a los pajaritos.
En fin, continúo. Estábamos con el chico de la bici. En plena peripecia para mantener el equilibrio, de pronto, el fondo de la bolsa de plástico que contenía el pan, se rompe y cae una barra al suelo lleno de mugre, de chicles pegados y antiguos gapos mañaneros de algún obrero de la construcción antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
Stop. Momento Matrix. Visualizad la barra suspendida en el aire, haced un giro súper sónico alrededor de ella mientras aparecen un montón de numeritos color MSDos detrás vuestro.
En este momento ¿qué habríais hecho vosotros? Coger la barra con dos deditos, abrir las aletas de la nariz con gesto de asco, e introducirla en una papelera o símil ¿Verdad? Bien. En estos tiempos que corren el chico pensó :”… mira, con lo que me ha costado ir al súper, asumir que soy uno de los tropecientos mil parados que hay en España, soportar la humillación de volver a casa de mis padres y ver como mi madre se empeña en seguir urgando el cajón de la ropa interior para encontrar hachís; y descubrir que esta vez no lo hace para echarme la bronca, sino para fumárselo porque no puede aguantar a mi padre todos los días en casa desde que le despidieron, además de no hacer más que presentar mi candidatura en InfoJobs para cajero de una papelería, camarero de bar y azafato de Pescanova teniendo una licenciatura y un Máster, voy a dejar yo una barra de pan con tanto condimento, morir en un contenedor para que venga el perro flauta de turno y se la coma…” Así que la cogió con cara de “estamos en crisis, tengo argumentos para hacerlo” se la metió debajo del brazo y me imagino que se haría unas tostadas riquísimas para el desayuno…..
Hay que emigrar señores….